Caldono de colores

Rodolfo Güetio

 

El sol ascendía lentamente por el horizonte acompañado de una suave brisa que exhalaba su aliento veraniego sobre el lugar. Las sombras retrocedían tímidamente ante los tenues rayos de luz que llegaban al pueblo anunciando a los habitantes del municipio de Caldono que la mañana había llegado.

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Poco antes de las seis de la mañana, aquel 3 de julio de 2005, la cabecera municipal despertaba para dar inicio a un domingo como cualquier otro. Los pocos negocios en lugar abrían sus puertas preparándose para recibir a las personas de las veredas aledañas quienes pronto llegarían al pueblo para asistir a la misa como es costumbre cada domingo.